La Creación del Nun
Nun es el Dios Primigenio en la Mitología Egipcia, representando el océano caótico y sin forma que existía antes de la creación. Se le considera la fuente de todas las cosas, de donde surgió la colina primordial que dio origen al mundo y a los primeros dioses. Simboliza el caos y las aguas eternas, siendo una figura de infinita profundidad y potencial. Nun suele ser representado como un hombre con una barba larga y una piel de color azul o verde, simbolizando el agua y la vegetación. A menudo se muestra sosteniendo la barca solar de Ra, elevándola desde las aguas primordiales, o rodeado de ondas o líneas que representan el agua.
El Origen Mitológico Egipcio fue uno de los primeros en desarrollar una historia basada en la astronomía y co nocimientos profundos. Al principio, solo existía un océano en espiral de oscuridad infinita, las profundas aguas del Num. Dentro de él, existía Heka, la magia de la creación divina que esperaba el momento preciso de la creación. Así surgió Nu, la colina primordial, conocida también como Ben Ben, rodeada por una tierra oscura y fértil.
Tomando conciencia de sí mismo, el dios Atum se alzó glorioso por encima de la colina, eran días aún de oscuridad. Era un dios creador, con su poder procedente del Heka del Num, podía crear todo lo que quisiera. Poco a poco fue dando origen a todos los elementos de la creación. Atum, consciente de su soledad, se emparejó con su propia sombra y tuvo dos hijos, escupió y creó a Shu, Dios del Aire, vomitó y creó a Tefnut, Diosa de la Humedad. Pero Atum pronto volvería a su soledad, puesto que sus hijos eran los encargados de viajar por el mundo, Shu se aseguraba de establecer los Principios de la vida y Tefnut se aseguraba de establecer los Principios del Orden.
Origen Mitológico Egipcio
La Creación de los Ojos de Atum-Ra
Atum, solo y preocupado por sus hijos, creó un primer Ojo Mágico que fuera a buscar a sus hijos, y en ausencia de este Ojo creó otro, el segundo, encargado de realizar las tareas y el cuidado de Atum.
Al regreso de la partida del primer Ojo, junto con Shu y Tefnut, este montó en cólera al ver que su padre había creado otro Ojo para ayudarlo, pues, envidioso y creyéndose el único magnífico para realizar estas tareas, enfureció. Atum, para compensarlo, le concedió más poder, creando el Sol a partir de él y, por fin, creó la luz que acabaría con el reinado de la oscuridad.
Con el otro Ojo Mágico creó a la Luna, la luz de la noche. Pero el Sol, no conforme, puesto que él viajó solo en su búsqueda de Shu y Tefnut, y la Luna estaba dotada de luz al igual que él, lloró y lloró de rabia, y sus lágrimas cayeron en la colina de Nu y así creó a los seres humanos, imperfectos, pues su origen fue la ira.
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Conociendo los Nombres del Dios Solar
Atum era como se le conocía al atardecer, cuando descendía al inframundo y luchaba contra Apofis, una Serpiente Monstruosa que quería acabar con su vida, se le representaba como un Faraón con la doble corona o más comúnmente, como un hombre con cabeza de carnero, relacionado al Dios de la creación, Khnum.
Khepri era su nombre al amanecer, renaciendo de nuevo para iluminar un nuevo dia, se relaciona con Khepri, el Dios con Cabeza de Escarabajo ya que este representa la resurrección y la renovación.
Ra, su nombre más conocido, fue su nombre al mediodía, el punto de máxima altura del sol, adoptando su forma humana con Cabeza de Águila.
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Luz, Tierra y Cielo
La creación se desarrollaba rápidamente y aún no habiendo luz, Shu y Tefnut, a su regreso, vieron que no tenían ningún lugar donde habitar, así que se emparejaron y engendraron dos hijos: Geb, la Tierra, y Nut, el cielo. Al ver a Nut, Atum se enamoró y quiso que Nut fuera su esposa, pero era tarde, un profundo amor había surgido entre Nut y Geb. Atum, celoso, declaró su amor como inaceptable y los separó, alzando a Nut lejos de Geb. Para que la pareja no pudiera tener descendencia, Atum estableció un Decreto Divino por el cual no podrían engendrar hijos ningún mes de ningún año.
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¿Podrán finalmente unir su amor?
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Continuará…
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